Siro López es un evangelista relativamente loco, en el más bello sentido de estas tres palabras.

Como él mismo dice, presentándose, sabe hablar sobretodo a los jóvenes – prescindiendo de edad – desde los lenguajes artísticos de la pintura, la fotografía, el mimo, la danza, el teatro. Y siempre, como él también hace hincapié en subrayar, con «una perspectiva de compromiso social».

Yo no lo conozco personalmente a Siro, pero le voy intuyendo el alma por las fotos y las cartas que me ha pasado en estos últimos meses. Sintonizamos; yo desde mi vejez episcopal, él desde su misionera juventud creciente.

Este libro no necesita mucha presentación. Para no quitarle el frescor de la sorpresa, el choque saludable de la revelación. Las imágenes, originalísimas, osadas, provocativas, actualísimas, gritan por sí solas. Algunos amigos/as – por guasa a lo mejor somos llamados de «personalidades» – les hemos puesto letra; una de las posibles interpretaciones entre las muchas que las composiciones brindan.

Este libro, además, es más que un libro. Siro lo define como un «proyecto». Un instrumental didáctico y pastoral de concienciación y evangelización. «Desde el principio, confiesa, lo he puesto en manos de Dios. Es una pequeña gota de agua en este desierto de Europa. (En el desierto del mundo, Siro). Creo que podrá ser un material muy válido para los grupos, comunidades, parroquias, jóvenes en procesos de búsqueda, que nos podrá ayudar a algunos creyentes a plantearnos por qué, para qué y qué es lo que celebramos». Sabe Siro de las reacciones, espantadas o cerriles, y se afianza cristianamente: «Siempre he creído que el miedo no puede determinar mi pequeña fe y mi gran enamoramiento en el proyecto de Jesús».

Cuerpo y Sangre es un manual de teología gráfica sobre la eucaristía. Un manual revulsivo. Pablo hablaba a los corintios, en el primer texto eucarístico neotestamentario que poseemos, con una semejante agresividad. Él con palabras, Siro con imágenes. La verdadera Eucaristía está hecha de entrega, de sangre, de muerte. Para la vida y la comunión. Es la «memoria peligrosa», la mesa abierta de los pobres, la confluencia de todas las sangres derramadas y de todos los sueños militantes. Es la celebración comunitariamente compartida del Misterio Pascual. La Pascua de Jesús, nuestra Pascua, la Pascua del mundo. «Fraterna e subversiva Eucaristía», rezo yo en un soneto. Y las comunidades cristianas de Brasil cantan:

                                        «Es Jesús este pan de igualdad.    
                                         Venimos para comulgar
                                         con la lucha sufrida del Pueblo
                                         que quiere vez, voz y lugar.
                                         Comulgar es tornarse un peligro: 
                                         venimos para incomodar!
                                         Con la fe y la unión, nuestros pasos 
                                         un día han de llegar».

Siro me cuenta que «las editoriales» decían que les encantaba el trabajo, que pastoralmente resultaba interesante, pero al final el miedo determinaba su decisión de negativa». Afortunadamente la prestigiosa editorial Siglo XXI ha asumido el libro y la Fundación Santa María ha dado una subvención para abaratar los costes, siempre altos en las publicaciones con mucha imagen. Que Dios bendiga a las dos entidades, y a las demás y a todos nosotros nos ayude a sacudirnos el miedo y a partir, libres y esperanzados, celebrando la Gran Memoria y compartiendo la Gran Vida.

A ti, Siro hermano, que Dios te conserve la hermosa locura evangélica que te apasiona. Para que sigas ayudando a creer y a amar al aire de Jesús.

Pedro Casaldáliga, 
obispo de capa caída 
en São Félix do Araguaia.