La grandeza del arte es que nos permite expresar en sus múltiples lenguajes lo que sentimos, lo que nos enamora o nos quita el sueño. Como cultura viva, aquello que no se expresa se somatiza y nos enferma.

La cultura del cuidado nos habla de permitirnos ser, es una cultura de creación, de procesos y de resiliencia. Es la revolución de la ternura, de la belleza, de la diversidad… y especialmente de la grandeza en los pequeños detalles.